Dos bonitas morenas, vestidas con poca ropa, chupan sus delicados dedos y se miran descaradamente. Sentadas en sillas blancas, a la sombra del árbol más grande del jardÃn, se besan lánguidamente, y se tocan, con manos expertas, sus pechos generosos. Se quitan la ropa que cubre sus cuerpos hermosos y una vez desnudas empiezan lamerse cambiando papeles de modo que se excitan por turnos. Este tipo de caricias añade más sensualidad a la escena. Las chicas acaban al mismo tiempo, en un orgasmo mutuo.
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