Al principio de esta escena encontramos a una madurita en su sofá vestida con un body de cuero que nos hace pensar más bien a una ropa sado maso, que a otra cosa, pero sin duda es lo que ella quizo. La morena está de momento sola esperando la polla. Ella ya está totalmente excitada y al ver a su marido llegar ella está en el sĂ©ptimo cielo. El tĂo baja sus pantalones y su polla se pone recta como un palo. El mira la cámara y parece muy soprendido por las competencias de su mujer. Ella se afana en mamarlo. Se frota un poco las tetas contra la polla apartando su string para acariciarse el coño antes de penetrarse un buen rato. Será una penetraciĂłn que raramente solemos ver. Ella grita a cada golpe de riñón, pidiĂ©ndolo cada vez más. El tĂo velludo de unos cuarenta años parece cansado como un animal de concurso, y esto se nota. Su pequeño coño se hace literalmente penetrar y se pone bajo los vaivenes muy mojado. El tĂo se retira y se levanta para que la guapa le lame los cojones mientras se está masturbando un poco. Ella sacude sus tetas y su lengua disfrutando todo. Ella será muy bien recompensada dando que el tĂo correrá en su boca todo su esperma. Pero a este punto a ella le va de maravilla dando que ella tambiĂ©n quiere masturbarse un poco haciendo sacar su ciprina de su pequeño coño. Ella moja todo el sofá pero ha sido por una buena causa.
Un detenido está en su celda y por su buena conducta le permitieron de elegir un regalo para hacer su estancia más simpática, si podemos decir asĂ. Y solicitĂł tener una puta. Pero las putas de la cárcel no están tan buenas como las de los paĂses del este que vemos en las pelĂculas porno, esta tiene al menos 60 años y su cuerpo ya no está como antes. Pero al final esta zorra tiene algo bueno en ella y se puede follar. El tĂo peludo y tatuado se dejará guiar por la guapa y vieja zorra. Ella se quita su ropa y se acuesta en la cama para que el tĂo le penetre el coño. Y si, a esta edad, hay que lubricarla sino no desliza. Rápidamente se encargará de masturbar la enorme polla del tĂo y continuando a masturbarse el coño. Ella está muy dilatada y quiere sentir el golpe de la polla. Y rápidamente el tĂo se subirá encima para desgarrarla. Ella se penetrará como antes sin saber ya donde dar la cabeza por el placer y la intensidad. Ella quiere más, gemiendo como una joven virgencita. Ella nunca tuvo un cliente como este en la cárcel pero comprende que el hecho de abstenerse tanto tiempo hace a los tĂos muy competentes cuando se trata de follar. El final ella necesita hidratarse, y le pide al tĂo de correrse sobre su carita. El lo cumple despuĂ©s de haberse masturbado bien y estallará su esperma en la boca de la vieja.
Esta escena pasa en una celda encontrando a 2 mujeres maduritas conociĂ©ndose de hace años dando que dieron más de 400 golpes juntas. O sea hicieron casi todo dando que la promiscuidad de una celda dan deseos lesbicos. Empiezan a lanzarse antes de besarse y quitarse su bata. Luego pasan a un buen lamido de tetas. Luego se masturbarán a turnos. Empieza la morena dejándose mimar e apreciar el trabajo de boca de nuestra rubia. Le lamerá el coño antes de forarrle 2 dedos y presionar con su pulgar sobre su clĂtoris, la morena no quiere parar sintiendo el orgasmo llegar. Pero ahora es el turno de la vieja zorra ver su coño peludo lamido y penetrado. Terminarán en unas tijeras frotándose como unas verdaderas nimfománas en celo. Bueno en la cárcel no pasan todos los dĂas una fiesta como esta dando que sabemos porquĂ© quieren disfrutar. Nuestras dos zorras no sabĂan amar el sexo entre mujeres, pero a partir de ahora la estancia en la cárcel será diferente.
Una mayordomo estaba al borde la piscina pasando la fregona. Parece aburrido ver un sitio tan hermoso y verse fregando por mucho tiempo. Sin poder más, decide tomarse un descanso, acercándose al sofá despuĂ©s de haber controlado que nadie lo ve, se acuesta para dormir un poco. Cierra los ojos durmiĂ©ndose pero lo despierta rápidamente la dueña de la casa. Es una señora madurita de unos cincuenta años y aĂşn muy bien dotada. Despertándose, el tĂo vuelve a fregar pero la tĂa tiene otras intenciones. Aparta sus pantaloncitos dándole su coño para lamerlo. El lo cumple penetrándole el coño apasionadamente. Luego se dejará mamar un poco antes de follar a esta peluda rubia que es su dueña. Ella tiene unas tetas de caen y saltan de un lado a otro al ritmo de los golpes de riñones aplicados por el tĂo. El está muy decidido de mostrar a su dueña como se folla entre la gente pobre. La colma haciĂ©ndole el mantenimiento extraordinario de las tuberĂas. A ella le encanta tanto este servicio queriendo recibir un gran chorro de esperma caliente en la boca. Al final dejará al guapo tĂo trabajar, pero sabrá siempre donde encontrarlo.
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